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¿Qué debe incluir el botiquín de casa?

botiquín

Todo hogar debe disponer de un botiquín de primeros auxilios listo para ser utilizado si se produce algún accidente doméstico. A la hora de prepararlo, conviene seguir unas pautas que evitarán más de un quebradero de cabeza: para empezar, no es recomendable que tenga cerradura, sino que ha de abrirse muy fácilmente. Debe guardarse, además, en algún mueble alto para que los niños no puedan acceder a él y resulta contraproducente convertirlo en un ‘arsenal’ de medicamentos donde acabemos almacenando fármacos ya caducados.

Lo más aconsejable es revisar año a año su contenido para desechar los productos que ya no nos sirven. Resulta muy práctico, por otra parte, anotar en su exterior los números de teléfono de emergencias y del centro de salud.

Ya en un post anterior os contábamos qué debe contener vuestro botiquín de viajes. En esta ocasión, desde Farmacia Santamaría recordamos la lista de artículos que no pueden faltar en un dispensario de emergencias, tanto para los adultos como para los niños. De esta forma haremos honor al refranero popular cuando aconseja aquello de “más vale prevenir que curar” y sabremos bien qué debe incluir cada kit si surge la necesidad.

Botiquín para adultos

En primer lugar, no olvidemos que el botiquín sólo debe utilizarse en caso de “dolencia leve” y nunca ha de sustituir la visita al centro de salud si el accidente o el dolor son graves o los síntomas persisten. Recuerda la importancia de usar adecuadamente los fármacos. Dicho esto, vuestro botiquín debe incluir material de cura, accesorios y medicamentos, además de instrumental básico.

  • Material de cura: gasas, tiritas, algodón, vendas y esparadrapos nos servirán para limpiar la herida y protegerla una vez esté desinfectada.
  • Antisépticos: jabón, agua oxigenada, clorhexidina, alcohol al 96º (se desaconseja su uso sobre la herida, sólo para desinfectar el material de cura o la piel antes de una inyección), yodopovidona y suero fisiológico, útiles para prevenir la infección.
  • Medicamentos: analgésicos para tratar el dolor y bajar la fiebre; antiinflamatorios para las contusiones por caídas; crema para quemaduras, como Bepanthol; y para picaduras (ya sea en gelspray o roll on para niños). Los fármacos más comunes en cualquier botiquín son el ibuprofeno y el paracetamol.
  • Instrumentos: un termómetro, unos guantes estériles, unas tijeras o unas pinzas para extraer cosas clavadas son los principales.

Botiquín infantil

Además del botiquín para niños es aconsejable que en casa “dispongamos de un pequeño botiquín o bolsito de emergencias para nuestras salidas al parque o al aire libre” ya que nos puede ‘salvar’ en momentos de caídas o picaduras de insectos, por ejemplo.

Cuando hablamos de la salud de los pequeños es aún más importante actuar sólo cuando estamos seguros de que se trata de algo leve. También es recomendable preguntar al pediatra sobre las dosis y tipos de medicamentos que deben emplearse en cada momento.

Los elementos más comunes en el botiquín infantil son los siguientes:

  • Aspirador nasal: sólo cuando el niño tenga mucha mucosidad (está contraindicado si padece bronquitis y otras enfermedades)
  • Suero fisiológico: para hacer lavados nasales u oculares
  • Suero oral: por si aparece una gastroenteritis con vómitos o diarrea. Se puede encontrar de sabores
  • Tiritas infantiles: más pequeñas y con dibujos para los niños.
  • Jarabes: sustitutos de los medicamentos en cápsulas para adultos. Los que ayudan a parar la fiebre y el dolor no deben faltar. También los que calman la tos como Grintuss Pediatric que además protege las vías respiratorias.

Ya se trate de botiquines para adultos o de botiquines para niños es fundamental guardar las cajas de los medicamentos con sus prospectos.