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“Tenshi y yo hacemos un equipo para mantener la diabetes a raya”

Hace 21 años, a Esther le diagnosticaron diabetes mellitus tipo 1, un tipo de diabetes que tiene mayor incidencia entre jóvenes y niños y que consiste en una deficiencia total de insulina debido a que el propio sistema inmunitario produce una destrucción de las células beta del páncreas.

Hoy, con 30 años, la joven arquitecta granadina trata de hacer su vida lo más normal posible, con unas oposiciones incluidas, y sin renunciar a hacer lo que más le gusta: practicar deporte, viajar y pasar tiempo con su familia.

El camino es más difícil, nos cuenta, pero trata de que la enfermedad no la limite. Su gran aliado es Tenshi, un perro adiestrado por la Fundación Canem para ayudar a quienes padecen enfermedades como la diabetes a prevenir las subidas y bajadas de azúcar antes de que ocurran. “Juntos formamos un equipo”.

– ¿Cuáles fueron los primeros síntomas del tipo de diabetes que padeces?

Se paró la fase de crecimiento, tenía sed a todas horas, me costaba mucho contener la orina y estaba siempre muy cansada

– ¿Recuerdas ese día? ¿Qué supuso para ti el diagnóstico?

Lo recuerdo perfectamente porque vi a mis padres y tíos llorando, así que entendí que era algo grave. Pero no era consciente de cuánto suponía la diabetes, aun era muy pequeña.

– ¿Cómo ha cambiado tu vida desde entonces?

Radicalmente. Consigo hacer todo lo que me propongo, pero el camino para llegar a ello es distinto.

– ¿Cuál ha sido el mayor reto que has tenido que enfrentar?

Un cambio de insulina que me supuso dejar de tener los síntomas de hipoglucemias normales. Mantener el ánimo fue todo un reto. Ahí, el perro de alerta médica fue fundamental porque yo dejé de poder anteponerme.

Hay muchas informaciones sobre la enfermedad pero también bastante desconocimiento. ¿Cuáles crees que son los principales mitos sobre la diabetes?

La gente cree que no podemos tomar azúcar y ya está. Un diabetico tiene que hacer de forma artificial una función que debería hacer nuestro cuerpo y hay una enorme variedad de factores que hay que tener en cuenta para ello: cantidad de alimentos, ejercicio físico, emociones… De hecho, un diabético DEBE tomar azúcar cuando tiene una hipoglucemia.

Otro mito es hablar de diabetes buena y mala. En la diabetes tipo 2 el páncreas funciona, solo hay que ayudarlo con una dieta equilibrada, pero no es lo mismo que pincharse insulina porque el páncreas ha dejado de hacerlo. Son enfermedades diferentes con diferente tratamiento, no es una misma enfermedad, aunque el nombre se parezca.

– ¿Qué consejos darías a otras personas que acaban de ser diagnosticadas?

Que se rodeen de otras personas que están pasando o hayan pasado por lo mismo. Es muy importante para no sentirse perdido, solo e incomprendido.

– Tú has encontrado gracias a la Fundación Canem, que adiestra a perros para alertas médicas, una ayuda fundamental. ¿Cómo los conociste y por qué decidiste recurrir a ellos?

Los conocí gracias a una conversación tomando café entre amigos. Es importante transmitir a tu gente del día a día información sobre la diabetes, así te entienden y en ocasiones pueden ayudar, como fue el caso. Me hablaron sobre la existencia de estos perros y que quizás para mi problema podía ser la solución: yo no me despierto por las noches con las bajadas de azúcar y por eso seguía viviendo con mis padres, no era seguro irme sola. Encontré a Canem, me puse en contacto con ellos y tras un tiempo de espera me la dieron, aprendí a trabajar con ella y hace 8 meses mi perrita de alerta médica y yo vivimos por independiente.

¿Cómo se llama, qué raza es, cuántos años tiene, cómo es su carácter y por qué se ha vuelto imprescindible para ti?

Se llama Tenshi, tiene 3 años y es un Jack Russell Terrier. Su carácter es decidido, con mucha iniciativa y es muy activa, de tal forma que ella es quien trabaja cuando lo ve procedente, esto es muy importante cuando la función del perro es prevenir. Yo no la pongo a trabajar, ella lo hace sola. Son perros muy inteligentes.

– ¿Nos cuentas alguna anécdota de tu convivencia con ella?

Hace un rato estaba estudiando, me ha ladrado y comprobando el nivel según la medición continua estaba perfecta de azúcar y estable, así que le he mandado sentarse. Al rato, se ha subido a la silla y de la silla a la mesa, se ha sentado en el teclado del ordenador y ha empezado a ladrar sin parar. Al comprobarme el nivel de azúcar con una prueba capilar, resulta que estaba alta de azúcar. Así que me ha evitado estar 6 horas alta innecesariamente.

– ¿Por qué animarías a la gente con diabetes a hacer lo mismo que tú?

Todo lo que nos permita tener un mejor control de nuestra diabetes en el día a día suma. Estos perritos suponen un aporte maravilloso, porque además de su función básica de prevención de las subidas y bajadas de azúcar antes de que ocurran, nos dan apoyo y nos hacen no sentirnos solos en ningún momento con nuestra diabetes. Hacemos un equipo para mantener a raya a la diabetes.

Si quieres tutelar un perro o colaborar con esta fundación, puedes hacerlo a través de su web.