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José Manuel Santamaría: “Me encanta cuando me dicen lo buenos que son mis compañeros. Estoy muy orgulloso del equipo que formamos”

Farmacéutico titular de Farmacia Santamaría: José Manuel Santamaría

Ha tomado el relevo de su padre al frente de Farmacia Santamaría y hoy es el farmacéutico titular, pero José Manuel (o Tato) sería el claro ejemplo de eso que se dice sobre el talento: puede que tenga algo de ADN farmacéutico, pero pesan más los años que lleva aprendiendo la profesión desde abajo. Comenzó como mancebo siendo muy joven y ha pasado por las diferentes secciones de una farmacia abierta 24 horas, con su propio laboratorio y diversas áreas especializadas que van más allá del mostrador de venta directa de medicamentos. Lo mejor de esta farmacia, no lo duda, es “el  equipo que formamos”.

– ¿Cuándo y dónde empezaste a trabajar como farmacéutico?
– Siempre trabajé en la farmacia de mi padre. No he trabajado en otra. Empecé a trabajar como mancebo cuando tenía 19 años. Trabajé en el laboratorio y luego reponiendo productos. Como farmacéutico empecé a trabajar en mostrador hace unos 4 años, adquiriendo experiencia en las distintas áreas. Ahora me dedico a la gestión de la farmacia junto con dos compañeros. Me encanta el trato con la gente, por eso echo de menos el mostrador.

– ¿Cómo ha cambiado la farmacia en comparación a tus principios?
-La oficina de farmacia ya no es sólo el espacio donde dispensamos medicamentos sino que ofrecemos a los clientes muchos más servicios para mejorar su salud y su calidad de vida. En nuestra farmacia tenemos un buen ejemplo, siempre estamos innovando. Aquí pueden encontrar consultas de nutrición, audiología… Con respecto al tipo de cliente sí he notado que ahora está mucho más informado, tiene mucho más conocimiento, se preocupa más por su salud, está mas educado en su salud y se interesa por la prevención de futuras enfermedades crónicas que pueda padecer. Pero hay que tener mucho cuidado con las fuentes de información, internet es una herramienta fantástica, pero en lo que se refiere a la consulta farmacoterapéutica  hay que ir a las fuentes fidedignas, a las fuentes oficiales, y no a las más sensacionalistas.

– ¿Qué es lo que más te gusta de ser farmacéutico?
– Lo agradecida que es la gente cuando le resuelves un problema. El cliente ve en el farmacéutico a un profesional de la salud cualificado al que puede acudir y consultar. Esa cercanía que se crea entre el equipo de farmacéuticos y el cliente es muy gratificante. Me encanta cuando hablo con un cliente y me dice lo buenos que son mis compañeros, estoy muy orgulloso del equipo que formamos en la farmacia.

– ¿Hacia dónde crees que va el papel del farmacéutico?
– Todo está globalizado. Ahora disponemos de una herramienta con la que puedes comprar un producto sin salir de casa, y encima te lo envían. Es una herramienta emergente, cada vez vivimos con más prisa y menos tiempo para nosotros. El valor del farmacéutico en la oficina de farmacia es el trato cercano, informar y recomendar con calidad, con garantía de conocimiento, hacer un seguimiento del tratamiento. Eso no lo tiene Alexa.

– ¿Cuál es el consejo que más repites?
– ¡Que coja turno al entrar! Es broma. Que pregunten todo lo que quieran, y que no se vayan a casa con dudas.

– Qué otras aficiones tienes además de tu trabajo.
– Me gusta mucho la música, desde siempre. En casa de mis padres siempre ha habido música, con tocadiscos, cassettes… Recuerdo los viajes que hacíamos en coche, desde La Rioja al sur de España, escuchando a José Monje Cruz, alias Camarón, potro de rabia y miel.

– Si no hubieras sido farmacéutico, qué serías.
– Iba a matricularme en Informática, pero hice Farmacia. De pequeño recuerdo que me fascinaba ver a mi tío trabajar en su casa como publicista con su ordenador Macintosh, mientras escuchaba buena música.